domingo, 30 de noviembre de 2014

Saberes críticos

Leo los materiales de La razón desencantada, especialmente la parte de análisis del sistema actual. Hay algunos puntos que considero relevantes para analizar qué papel tiene que jugar la escuela en un mundo capitalista de hoy en día, donde el sistema educativo puede (y yo creo que debe) jugar un rol de oposición a sus excesos negativos formando a individuos críticos.

Un primer aspecto relevante es la creación de lazos fuertes. El mundo actual promueve muchas veces afectos superficiales, emociones histéticas dirigidas al consumo o al disfrute inmediato y no tanto las relaciones a largo plazo o los sentimientos de pertenencia (con excepción de las marcas, que aspiran a fidelizar al cliente pero que en cambio promueven la necesidad de cambio constante para comprar sus nuvos productos). El colegio debe educar las emociones, darles el valor que merecen, crear comunidades.

Otro elemento destacable es que la hiperespecialización y la infoxicación pueden conducir a un individuo en perpetua "obsolescencia cognitiva", con cuatro ideas generales y muchas opiniones vehementes y cambiantes pero mal argumentadas. Debemos preparar a nuestros alumnos para saber seleccionar la información relevante, convertirla en conocimiento hilando los diferentes campos en un saber general, que les aporte referentes y capacidad de espíritu crítico.

Un tercer input es la mercantilización de todo lo humano. Hay que enseñar que no todo tiene un precio, que hay cosas aparentemente "inútiles" pero realmente valiosas, que se puede trabajar o ayudar sin querer monetarizarlo (se puede estudiar por aprender, no solamente para mejorar la empleabilidad), que a veces hay mucha riqueza fuera del mercado.

Por último se alerta sobre el riesgo de estar siempre entretenidos, sin tiempo para la reflexión, la diversión superficial a toda costa. Muchas propuestas educativas caen en ese error, debemos motivar a nuestros alumnos sin banalizarlo todo y enseñando que el esfuerzo o los momentos de pausa son fundamentales. ¿Cuántos de nuestros estudiantes no saben estar solos o permanecer un rato penando, o estar sin escuchar música o mirar a una pantalla para dejar que aflore su interior? La educación también tiene que enseñar a convivir con uno mismo, no solamente con los demás.