viernes, 22 de febrero de 2008

Datos sobre familias y educación

Ya sabéis que me gusta recoger algunas cifras para apoyar mis opiniones. Quiero recoger ahora algunos datos sobre las familias, ya que para la mayoría de profesores suponen el principal problema: no colaboran, dan ejemplos negativos, nunca están...

Primer problema: la visión de padres y escuela no coincide. Sólo un 6% de los padres cree que sus hijos van mal en clase (de notas), mientras que los profesores aumentan bastante esta cifra. Sorprende esta percepción optimista cuando cada trimestre se entregan boletines y proliferan clases particulares y academias. Un 11% de los alumnos de ESO no habla "jamás" de lo que ocurre en las aulas, habría que estudiar si por desinterés por la escuela o falta de comunicación (creo que ambas cosas), lo que no ayuda precisamente a unir visiones. Por no hablar de las reuniones entre padres y centros, mucho más escasas que en los países del entorno

Segundo problema: los padres están desbordados, el 42% lo dice explícitamente. Los profesores denuncian que es difícil imponer autoridad cuando apenas se está en casa por las largas jornadas laborales y por establecer otras prioridades. El hecho de que el tutor cambie cada año y que las horas de visita sean tan limitadas no ayuda para coordinarse con los colegios y tratar de llegar a acuerdos. Sólo un 8% usa el castigo para intentar cambiar las pautas negativas, la mayoría dice dialogar.

Tercer problema: las familias no ayudan al hijo con los estudios, no le imponen horarios racionales, no entienden la importancia de la constancia y desprestigian a los profesores. Un 19% de los padres considera que sus niños han de trabajar "demasiado" para seguir el ritmo marcado por la escuela y que no deberían tener tanta presión y mientras que un 43% se implica en tareas y exámenes en primaria, en la ESO es testimonial (¿porque ya son mayores? ¿porque no pueden ayudarles? ¿por los horarios?). Conclusión: los padres admiten (más de un 75%) que los hijos estudian menos de diez horas a la semana (incluyendo tiempo de deberes) en los cursos superiores.

Actualización: Un cuarto problema podría ser la desconfianza de los padres hacia el sistema educativo, plasmado en opiniones negativas varias y sobre todo, en el apoyo a la evaluación hasta la saciedad, como denuncia este interesante post

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